Hay que ver la controversia y pasiones que despiertan las aquí llamadas ¿lavadoras con ruedas?
No creo que ni los VE ni los modelos térmicos más actuales con sus pantallas y gadgets varios respondan a ese (des)calificativo. En todo caso seguirían la tónica de las lavadoras actuales frente a las antiguas (que tampoco tenían pantallitas, ni otras cosas). Mi experiencia es que las actuales (las buenas, sobre todo pero también las más corrientes) lavan mejor
Como usuario de un coche eléctrico (Mazda MX-30) dsde hace ya mas de un año y más de una decena de miles de kms en su contador, puedo transmitir y compartir mi experiencia, que es lo que da sentido a foros como este, en mi opinión.
Comenzaré por decir que, previamente a la condición de usuario de VE, me asaltaban dudas, prejuicios e interrogantes y una visión, fruto en gran parte del desconocimiento, similar a la de muchos que aquí intervienen, que los hechos y la experiencia han ido modificando y ajustando, en la mayoría de los casos para bien y en otros, no tanto (todo tiene pros y contras).
En mi experiencia y opinión, el principal problema para la utilización del VE en España es la escasa y deficiente infraestructura de carga, imprescindible en los viajes, como es obvio, algo que no es culpa del coche eléctrico, sino de los responsables de su implantación, gestión administrativa (he aquí la madre del cordero) y desarrollo (a las infraestructuras me refiero).
Por lo demás, la experiencia de conducción no difiere mucho de la de un modelo térmico con cambio automático, salvo en la ausencia de ruidos y vibraciones, aunque los modelos térmicos actuales destacan también en este aspecto (al menos el V90CC que yo utilizo y mejor conozco). La respuesta es inmediata y el comportamiento dinámico es bueno.
La diferencia fundamental reside en que el eléctrico no pasa por la gasolinera ni genera emisiones de ningún tipo. En el uso diario que yo practico, y que coincide con el de muchos usuarios que viven en la periferia de ciudades, incluyendo viajes locales en mi CA, no me preocupa la carga, lo cargo en cualquier sitio, aprovechando el tiempo sin uso, el trabajo, centros comerciales, concesionario, casa, en la práctica totalidad de las ocasiones sin coste y la autonomía real que consigo, en estas condiciones, supera holgadamente los 200 kms (la batería de mi coche es relativamente pequeña).
Ver el adjunto 53907
El ahorro no se manifiesta solo en el combustible (calculo unos 100€ cada 1000 kms recorridos, en mi caso), sino en el escaso mantenimiento (la última revisión fueron algo más de 50 €, frente a bastante más de 500 en el V90CC), no hay aceites, filtros ni fluidos que reponer, apenas hay desgaste de frenos, debido al uso del freno regenerativo, etc.
En viajes más largos (por encima de los 150 kms) es otro cantar, la autonomía se reduce circulando a 120 por autovía, el coste del kw en las cargas rápidas se encarece y la ausencia y deficiencia de puntos de carga en los recorridos desaniman su uso, frente a las facilidades del térmico (gasolineras abundantes y repostaje rápido asegurado casi siempre), combustible caro y de precio fluctuante, eso sí, y emisiones a porrillo, aunque mitigadas por los sistemas anticontaminacíón actuales (SCR, FAP) muy efectivos según el aspecto y pulcritud de mis tubos de escape, tras 120 Mkms.
No obstante, la convivencia con el VE, incentiva su uso, que resulta muy agradable y efectivo, en modo alguno aburrido ni incómodo (todo lo contrario) e incentiva un tipo de conducción mas eficiente (que no lenta) y relajada, salvo los citados problemas con la red de recarga en los viajes.
En definitiva, mi experiencia con el VE es muy buena, salvo a la hora de abordar viajes relativamente largos (los muy largos los hago en tren o avión, salvo algún caso concreto) por lo ya comentado y mi experiencia con el V90CC muy buena también, como ya conocéis, salvo a la hora de pasar por la estación de servicio a repostar (unos 7 l/100 de consumo promedio en mi caso).
Espero que el relato aporte algo al animado debate que ha surgido. En todo caso no va en contra, ni a favor, de nada ni de nadie en particular (ni en general
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