Y es que una vez más o incluso mucho más la vuelta de SS deja patente que los españoles nos hemos convertido en conductores de Sacalextric. Dos figuras que se han repetido a piñon fijo en este viaje, en el que procurando hacer menor consumo he ido y vuelto a rajatabla en cuanto a velocidad se refiere, el acoso posterior porculero constante, con gran desprecio de la seguridad de los propios y de los ajenos y la falta de capacidad para el 90% de los conductores para tener un mínimo de cortesía al volante. Si quieres correr al menos tienes que calcular para no avasallar al personal. Cualquier coche actual, un D-Hcia, un EsKoña o un chichechento supera muy ampliamente los 150 Km/h. Bueno, al menos en llano o bajando. No comprendo la necesidad enfermiza de muchos (una mayoría me temo) de intentar correr en un entorno de atasco permanente. Lo único que se consigue con ello es pugnar al llegar donde rueda un camión o un conductor mas lento, procurando ser el primero. resultado, frenazos, situaciones de peligro espeluznantes y como siempre una cifra de muertos insoportable. Y eso que Dios se lo ha currado y han sido mucho menos que otros años. Es un auténtico milagro a la vista de la estupidez reinante. Me aferro a mi Xc90 por qué es una tanqueta, creo que el crecimiento exponencial de los locos (y locas) al volante es un claro exponente de como estamos como sociedad: ansiosos, tarados, sin paz espiritual, mentalmente enfermos, hemos perdido el norte. Rogaría a todos por el bien común un poco de reflexión. En un viaje de 600Km (no creo que muchos hayan recorrido más de eso) la diferencia entre ir a saco paco pugnando contra todos o ir a velocidades legales pueden ser 15 minutos. Las carreteras españolas (y si me apurais las calles a diario) tienen que dejar de ser una especie de competición de los autos locos. Solo hay que salir por la mañana y darse cuenta de que el intermitente ha caído en desuso y que parece que todo el mundo desde el asiento de su automovil va en competición con el de delante, el de detrás y el de al lado. Fijaros en esos espabilados ( la traca final del viaje) que se cuelan en las incorporaciones haciendo frenar a todo el mundo y produciendo atascos kilométricos. En Alemania el acoso es un delito y colarse así tiene multa y gorda. Aquí lo peor es que cojan el movil, que es verdad que se hace, pero hay cosas peores y a nadie parece preocuparle. Y así nos va. Menos mal que esta Dios contra el Big Data.
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