En Burgos hubo un cliente no satisfecho con una Grand Space de Renault que le salió más que mala.
Sin soluciones permanentes por parte de Renault tomó la siguiente decisión, dejar de usarla y:
Rotuló la fragoneta diciendo que era una auténtica mierda, pegó en los cristales las facturas de reparaciones sin fin, y sin cortarse un pelo la dejo aparcada (muchos meses) en la acera de la Renault, al lado de la entrada del concesionario.
No se cual seria al final el destino del cacharro, pero se quedaría tranquilo.